Por Manuel Pendino
Terror. Argentina/Chile, 2018. 109’, SAM13 R. De: Alejandro Fadel. Con: Víctor López, Esteban Bigliardi. Salas: Gaumont, Cosmos UBA.
Las películas alegóricas de los 80’s . Los poemas visuales de Subiela cada vez más torpemente metafóricos . Han marcado una bicectriz en el realismo argentino . «Muere monstruo muere» la segunda película de Alejandro Fadel, cuenta la historia de un crimen en la Mendoza profunda . Una especie de fuerza sobrehumana decapita mujeres en la noche . El problema sería porque este monstruo disfruta el escarnio de las mujeres solamente. Porque el monstruo paradojicamente es etereo o asexual. (ampliaré).
La película híbrida en varios géneros . Quizás la narración piso,sea la relación detectivesca entre Cruz , primer protagónico para Victor López. Y su jefe de oficiales. Pero hay lugar para el suspenso . De sobremanera la banda de sonido encapsula el ambiente. El thriller psicológico , visiones , escenas inconclusas , y un protagonista bailando, literal. En repetidas escenas.
Vamos por partes . En términos formales la película trabaja muy bien la composición de planos . Filmada integramente en las montañas cordilleranas, hay planos con una distancia del personaje de a kilómetros . Angulares donde vemos al personaje ir de un lugar al otro del plano como un videojuego , como una hormiga . Lamentablemente exagerando los tiempos de lectura.
Hay una paradoja muy pocas veces comentada en los niveles de lectura de los planos de un film . Se piensa como una máxima , que cuantos más largos sean los planos en una película , más de autor será el film. Es una estupidez creer que cuanto más lenta sea la narración más original va a ser . Kaurismaki hacía películas de 55 minutos ,y no por eso eran películas de industria sus trilogías del proletariado .
Volviendo a «Muere,monstruo, muere». La corrección de color también la hacen una peli muy prolija y moderna , hay una predominancia de los colores tierra y azulinos . Hay una parsimonia en los créditos , en el comienzo en general , en los primeros 15 min de film . Sensualiza sentirse en ese cosmopolitanismo argentinizado . Bien podría ser una película danesa o francesa de ciencia ficción.
Ayudados por la actuación de Esteban Bigliardi , otra vez , en una película de terror psicológico . Lo habíamos visto hace muy poco en «Familia Sumergida» , María Alche, 2018 , haciendo las veces de «chongo-boy» de Mercedes Morán. Su fisonomía , su languidez , su mirada llena de opacidad , repiensa los perfiles actorales en nuestra cinematografía. Valoro su convocatoria.
El problema de «Muere, monstruo, muere» es metafísico . La película intenta tener su propia filosofía . Su propia razón de ser . Gasta gran cantidad de escenas en dar entidad a este micro-mundo mendocino apocalíptico . La presencia del monstruo como un agente externo , dando cuerpo a esta oscuridad , a este fuera de campo . Una vez que aparece eclipsa cualquier tipo de inteligencia .
Y se cae en la cuenta , de esta analogía pueril comentada al principio . El monstruo es el enano fascista de la sociedad . Que solo mata mujeres . Intenta dar cuenta del clima de época , de una forma muy tragicómica .
Un monstruo extraño , con una cola alargada en forma de pene. El cine repleto del Gaumont río en vez de aterrorizarse, la primera vez que apareció el monstruo.Casi que no da espacio a la duda , como esas películas de la dictadura , o la forma más reconocida de hablar en metáforas de lo que no se puede decir . Sea «Alicía en el país de Charly Garcia», aquí es casi una burla .
Biglietti parece un judío ortodoxo , sus sábanas colgando, descuajaringado , tirado durante todo el film , repitiendo casi en lenguas , las visiones , los atisbos que el monstruo le dicta. El papel de pivote , entre el monstruo y los detectives. O entre él ,y sus posibilidades de ser el monstruo. Pero esas posibilidades el espectador las ve muy escasas. Lo que hace que muchas escenas estanquen y aburran , en términos de progresión dramática.
A veces su voz , recorre en off el film , borgianamente , hablando de espejos , de códigos , de enigmas que nunca se practican. Que después no tienen duplicado bíblico en la línea argumental.
La película es ambiciosa .Si tiene algo , es su ambiente , un policial de montañas . Lo demás es una gran compendio de códices mal congeniados . Se intenta que el film sea una orquestación , una gran ópera , y termina sirviendo como una cancioncita de lo que se ve y se escucha.